El Amazonas, en Brasil, es el nuevo destino más buscado por los pescadores. Además el informe del pique más completo.

Damián y uno de los magníficos tucunarés logrados.

Llegar al río Amazonas debe ser uno de los anhelos que cualquier amante de la naturaleza o aficionado a la pesca deportiva atesora en su agenda de aventuras, y como sabemos que es un gustito caro y no para cualquier bolsillo, tratamos de llevarte a él a través de esta nota. En esta ocasión, la salida tuvo base en la pequeña y mítica ciudad de Barcelos, la cual no tiene más de 5.000 habitantes, y su eje principal es el turismo; en cuanto a su misticismo, radica en un sinfín de historias sobre las criaturas que habitan la selva y la protegen, así que al momento de acampar tenemos que ir preparados a encontrarnos al peludo y legendario mapinguari.
La travesía comienza en el mismísimo río Negro, para luego entrar al río Cuiunim y luego al famoso río Alegría, navegación que lleva una semana a bordo de un barco, con todo lo necesario para adentrarse en la selva, sin que falte absolutamente nada, sumado a tres lanchas con plataforma, para ingresar a pequeños riachos y bañados.
La pesca en ese paraíso tiene mucho de misterio y entre todas las especies que podemos encontrar, el tucunaré es el más destacado, su energía, potencia, lucha y belleza lo hace blanco de aficionados de todo el mundo, que soportan miles de kilómetros para poder desafiarlo. Habita en las zonas inundadas, dentro de una vegetación nativa llamada molongo y para poder capturarlo hay que castear entre los palos, y cuanto más adentro de los palos mejor, por lo cual hay que estar muy preparado para su violento pique, debido a que de inmediato se vuelve a sumergir en esta maraña de ramas.
Esta adictiva adrenalina lo hace un pez absolutamente deportivo, y su captura es con devolución obligatoria. Allí también podemos encontrar subespecies como el tucunaré borboleta, el tucunaré paca y el majestuoso tucunaré açu, que es sin dudas el trofeo más buscado por su tamaño, ya que llega a crecer hasta los 90 centímetros, con un peso máximo de 12 kilos, es de mandíbulas gigantes, cuerpo compacto, grueso y con tres franjas de color negro en sus costados.
El equipo utilizado fue de bait casting, cañas de 5,6 pies, de 10/25 libras, reels de no menos de 5 rodamientos con multifilamento de 50 a 65 libras, líder de fluorocarbono, no más largo que la caña, para que el nudo empalme y no entre en el pasa hilo, refuerzo que es sumamente necesario, porque hay mucho palo en el agua; señuelos con hélices y de 14cm aproximadamente, y también jigs de plumas fluctuantes y de sub superficie, que dieron excelentes resultados.
Nuestro amigo Damián César, a quien le agradecemos este informe, nos detallaba que más allá de la experiencia vivida con la pesca, había quedado muy impresionado con la maravillosa sensación que le produjo ver la exuberante selva amazónica desde todos los planos, ya que es necesario llegar en avión al punto de embarque.