De niño miraba revistas de pesca, pero sus problemas de salud hacian que su familia tuviera miedo de llevarlo al rio. Pero desde que tuvo una caña en la mano, se convirtio en un crack que hasta gano torneos. Tiene fans en redes sociales, le va bien en el colegio y practica kung-fu.

La de Kevin Ponce es la historia de una pasión: es inmensamente feliz disfrutando dela pesca deportiva. Un hobby que, según su madre, Yanina Ponce, se transformó «en su mejor terapia». Junto con los médicos neurólogos que lo tratan de su distonía generalizada, una enfermedad que afecta distintos músculos en forma progresiva (sin cura pero con tratamiento), las cañas y los peces ayudan a este niño a salir adelante, a tal punto que ahora se está poniendo las pilas con su segundo deporte favorito: el Kung Fú, que lo ayuda mucho a nivel motriz.

Kevin tiene dificultades para el habla, pero lo dice todo con su sonrisa. Y cuando logra una captura y le preguntan qué hacer con ella, señala el agua y sonríe. El mensaje es claro: al agua lo que es del agua. La pesca se devuelve. Como lo hizo con su mejor captura: un lindo surubí pescado en la plaza del Reloj, en Tigre, un ámbito inusual para esa especie.

Yanina Ponce es la mamá de Kevin, y su amor inmenso y orgullo pro este guerrero, la llevó a mostrar sus hazañas en redes sociales. Ahí nació otra historia para Kevin: la del estrellato entre los pescadores, que lo aman profundamente.

Ella nos cuenta cómo nació esta pasión por la pesca deportiva y los misterios que se encuentran bajo la superficie: «El no conocía la pesca, pero empezó a ver revistas y siempre se reía. Nos empezó a decir que quería ir a pescar… En mi familia solo a mi papá le gusta la pesca, pero por los inconvenientes en la salud de Kevin, teníamos miedo de llevarlo. El venía con una discapacidad intelectual, un retraso madurativo. Y en mayo del año pasado se enfermó de distonía muscular, algo que le produce movimientos involuntarios similares a los de un enfermo de Parkinson. Es una enfermedad que puede aparecer a cualquier edad y no tiene cura, pero sí tratamiento». Tratamiento, y mucho amor, es lo que le dan los neurólogos del Hospital Posadas, la dra. Alejandra DerricoMarcela Montiel y dr Luis A. Pellene mas la kinesióloga Florencia Kohan, en tanto el dr Máximo Zimerman de INECO lo trata con botox. Todo eso mejoró mucho a Kevin, quien tenía su cuello volcado sobre uno de sus hombros y hoy lo tiene erguido mostrando una franca evolución.

Mientras esperamos pique con Kevin, la mamá rememora cuándo fue que dieron el paso de vencer los miedos y llevar por fin a Kevin al río. «Nos invitados a Baradero unos amigos, fuimos a pescar y Kevin sacó ¡un manduví!. Ahí vi que le encantó ésto y todo el día empezó a decir ‘vamos a pescar, vamos a pescar’.Así que viendo lo feliz que lo hacía la pesca empezamos a llevarlo. Y la lo ayudó la pesca porque es feliz, ama la pesca. La mejor terapia fue la pesca. Desde que empezó no para, ¡no para!».

Yanina y su padre, Raúl, abuelo de Kevin, empezaron a subir a internet los videos del nene pescando en Tigre, donde los fines de semana Kevin contagia su pasión. Con su sonrisa imbatible festeja sus trofeos: grandes carpas, bogas, bagres y el mentado surubí, quedaron bien registrados. «El surubí lo pescó con gran dolor, pero así y todo luchó como un león y lo sacó», dice Yanina, pecho inflado. Y así, sumando piques, Kevin se hizo famoso: «Cuando llega Kevin todos se ponen contentos -dice Yanina-. Vienen a saludarlo, él los abraza, lo besan… ¡se hizo famoso!. Empecé a subir los videos de sus pescas como cualquier mamá orgullosa de mostrar lo que hace su hijo. Y la gente amaba su sonrisa y su alegría y nos pedían más videos. Así que armé la página Kevin Ponce Pesca e Inclusión, un Facebook, in Instagram y comparto sus cosas. Nos parece buena idea hablar de la inclusión de niños con discapacidad en todas las actividades y en la pesca también. El tiene 13 años e interactúa con mayores y con niños mas chicos que él».

«Es lindo que ame un deporte que sea tan natural, muy lindo para vivirlo sentimentalmente. Con la pesca los chicos se despegan un poquito del celular, conocen gente nueva y viven la naturaleza», explica Yanina, a quien se le iluminan los ojos al contarnos además que «Kevin es un excelente alumno, en la escuela IDEA, de Ituzaingó, le va muy bien, y ahora hace kung fu, con el profesor Marcelo Moncada, que lo ayuda en la parte motriz, la respiración y la parte psíquica. Eso a su vez lo ayuda también a ir a la escuela, porque puede volver con alegría. Antes, el cuerpo le dolía, a veces no podía ir y se sentía muy triste… Pero el año que viene, gracias a su esfuerzo y el de sus docentes, pasará al CFI, que es como la secundaria». dice su mamá.

Kevin nos dejó un hermoso mensaje de lucha y de superación, pero sobre todo, nos muestra que el amor de los afectos y la pasiones, nos ayudan a sanar.