El delantero de River mostró en Concordia sus dotes de gran pescador, donde sacó un dorado de 13 kilos: «Es mi terapia, la uso para reencontrarme conmigo mismo».
Pensar que hace poco más de un año casi lo habían retirado. Decían que no iba a jugar más, que tal vez no volvería a caminar. Incluso algún atrevido sugirió que tenía una enfermedad terminal, y ahora Rodrigo Mora está ahí, feliz, sentado en una lancha, con la caña en una mano, el mate en la otra y su novia haciéndole compañía en uno de los lugares que más disfruta, el río y todo lo que lo rodea.
El solcito invernal le da en la cara y el delantero de River muestra su sonrisa mientras disfruta del hermoso día y del hobbie que lo apasiona. “Lo peor ya pasó, aprendí a disfrutar cada cosa, de otra manera, sin pensar en lo que viene”, dice.
Por eso no le importó andar a las corridas por Buenos Aires durante el día y luego manejar, de noche, casi cuatro horas hasta Concordia. El delantero ama la pesca y sabe que tiene pocas oportunidades para disfrutarla.
Entre las obligaciones como profesional, las vacaciones personales y la cantidad de visitas para ver a parientes y amigos en Uruguay no le queda mucho tiempo, sólo apenas algunas horas para hacerse una escapada hasta el Río Uruguay. Porque Mora sabe que las necesita.
“Pescar es mi terapia. Durante el año son muchos partidos, viajes, concentraciones y presiones. Por eso, cuando puedo, uso uno o dos días para venirme al río, a encontrarme conmigo mismo, a estar en paz, escuchar el ruido del agua, el canto de los pájaros y, de paso, sentir la adrenalina de sacar un lindo pescado”, cuenta a la vera del Salto Grande, a 18 kilómetros de Concordia.
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Fuente: www.minutouno.com
Se corrió al 9 de julio, se esoera gran concurrencia