¿Qué tipos de mosca se usan en la apertura? ¿Cuáles son los mejores equipos? ¿Pescar flotando o desde la orilla? ¿Por qué es recomendable un acercamiento progresivo? Estas y otras respuestas en la visión de Pablo Saracco, uno de los referentes de la actividad en la región.
Un día Pablo Saracco dijo basta de Buenos Aires y se instaló en la cordillera. Con el tiempo, se dedicó de lleno a una antigua pasión: la pesca. La unió a su don por comunicar con videos, fotos, gestos y palabras. Y de esa mixtura emergió uno de los referentes de los fanáticos de la caña. Con base de operaciones en San Martín de los Andes, antes de iniciar un viaje, le contó a “Voy” sus impresiones sobre la temporada que está por comenzar.
1. A flotar
“Los inicios han cambiado en los últimos 10 años. Los inviernos son cada vez más secos, llueve menos en el otoño, nieva menos en el invierno. Por lo tanto 20 años atrás -y mucho antes también– lo que teníamos eran aperturas con ríos desbordaos, fuera de su cauce y con aguas incluso hasta turbias, muy frías, casi imposibles de pescar”. Ese escenario que dominaba todo noviembre y gran parte de diciembre ha cambiado.
“En la última década todo se ha transformado. Los ríos están muchísimo más bajos. Aquellos que no han visto esas aperturas pueden considerar que las aguas están altas pero no tienen nada que ver con lo que era. Hoy pescar en la apertura es factible y cómodo pero décadas atrás no era tan así”, señala. Y agrega: “Las aperturas, aun cuando no tienen el nivel de agua de antes, tienen un nivel importante e invitan a pescar desde una embarcación”.
2. ¿Dónde empezar?
Todavía los ríos no están cómodos para la pesca de vadeo, es decir caminando desde la orilla, explica Pablo, excepto los más pequeños de menor caudal.
“Por ejemplo, acá en Patagonia Norte, el Limay, el Chimehuin, el Caleufu, el Aluminé, el Collón Cura son todos ríos especiales para arrancar pescando desde una balsa, porque en general las aguas altas (aunque no como antes) hacen incómoda la pesca de vadeo. Las flotadas son ideales”.
3. En la orilla
¿Con qué panorama se toparán los pescadores? “Lo normal es encontrar truchas muy necesitadas de alimentarse. Por eso no son muy selectivas, comen lo que pueden, se torna un poco más fácil pescarlas”, describe.
¿Y dónde suelen estar en los primeros días? “Por lo general en las orillas. Es que con el caudal y velocidad de los ríos se pliegan contra las orillas o estructuras que les den refugio, escapan para ahorra energía. Una clásica forma de pesca es navegar por el medio y tirar hacia la orillas. O bien recostados ligeramente sobre alguna de las márgenes, bien pegadita. Es común verlas salir atrás de la mosca”, explica.
4. Tipos de mosca
¿Cuáles son las más convenientes en estos primeros días? “Normalmente se utilizan moscas grandes, atractivas. Las streamers son las que más se usan. Imitan peces pequeños y hay que arrojarlas y darles movimiento como si fuera un pez que huye. Al principio las moscas son de tamaños importantes que se van reduciendo a medida que el río va bajando”.
5. Lluvias tardías
Esta temporada se presentaba con una tendencia de ríos bastante acomodados, sin demasiado caudal. “Pero se están registrando nevadas y lluvias tardías que si se sostienen un tiempo más pueden hacer que luzcan más cargados”, señala Pablo.
6. Equipos
Un equipo ideal para pescar los ríos flotando es el N°6 , por lo general con líneas de flote o con puntas de hundimiento. “Hay algunos ríos que aun con aguas altas se pueden pescar caminando, por ejemplo el Malleo, el Pulmari, el Quillen, ríos menores. Pero de cualquier manera la pesca caminando es más propicia ya entrado el verano, con los ríos mas acomodados, las costas más libres, tanto en los ríos menores como en los más grandes que en noviembre son imposible de vadear”, sostiene Pablo.
7. ¿Cuándo ir a los lagos?
“Son más productivos a partir de fines de noviembre, cuando las temperaturas empiezan a disparar las grandes eclosiones de aguaciles y libélulas. En los días más templados de fin de año empiezan a volar al ras del agua y las truchas enloquecen, se las puede ver saltando un metro tratando de atraparlas. Es un momento muy muy interesante para pescarlas cerca de juncales o en aguas bajas”.
8. Leer el agua
Para Pablo, algunos pescadores tienen el preconcepto de pensar que deben meterse, tirar lejos, estar en el medio del río, en las corrientes rápidas, en los pozos profundos. “Y aun cuando las truchas ocupan gran parte del río o lago, ya enfocando más en ríos, están mucho más cerca de lo que creemos. Hay una gran falencia en general en los pescadores, que es normal: no interpretar del todo lo que ven. Hay que empezar a entender, a leer el agua, las truchas están mucho mas cerca de lo que uno cree en aguas no siempre tan profundas.
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Fuente: www.rionegro.com.ar