Alex Trochine, guía de pesca con mosca de Bariloche, habló sobre la actividad en el programa “Bariloche entrena” que se transmite de lunes a viernes de 14 a 15 por El Cordillerano Radio.
“La pesca en sí es algo recreativo, pero combinado con otras cosas, y también el gesto técnico y el lanzamiento, es algo deportivo”, explicó. “Tenés que estar en estado físico. Depende de lo que buscás. Si te gusta explorar ríos o ir a lugares a los que no vaya tanta gente, hay que caminar, cruzar alguna montaña, vadear ríos. Hay días que he llegado a caminar 30 kilómetros para llegar a los lugares donde quería ir”.
“Además de eso, el gesto técnico requiere mucha práctica”, señaló. “Es como el swing de golf o de tenis. Necesitás pulir la técnica para lanzar más lejos y tener una mejor presentación”, describió.
En cuanto a la situación con la cuarentena, dijo que llegó en plena temporada. “La temporada generalmente empieza el 1° de noviembre y termina a finales de abril, en la mayoría de los ambientes. En el Limay, que es uno de los ríos más importantes de la Patagonia, un mes después, el 1° de junio”.
“La pandemia nos agarró en el mejor momento de la temporada, cuando todos quieren venir a Bariloche a pescar las truchas migratorias del Limay”.
Además explicó que cada lago tiene su reglamento, según sus características y la biología. “Hay lugares que los peces suben antes para desovar, y tratamos de no molestarlos cuando desovan. Otros están abiertos todo el año, como el lago Moreno, para que los guías puedan trabajar y mantenerse activos durante el invierno también”.
Entre sus expediciones, mencionó las que realizó en el norte de Bolivia, en los ríos que nacen en las yungas. “Hay unos parques nacionales muy grandes que tienen ríos a los que no van pescadores y para acceder tenés que cargarte la mochila con mucha comida, y obviamente contratar un baqueano, que son los únicos que conocen los senderos. Son caminatas hasta de seis días, llegás al río y construís una balsa de madera balsa, y ahí empezás a flotar los ríos, río abajo, pescando y acampando. Y después salís por tierra, caminando unos 30 o 40 kilómetros para llegar a la ruta más cercana, que es donde te pueden ir a buscar. La vuelta dura 15 días, el día 6 llegás al río. Y es increíble, ves de todo. Vida salvaje, monos, tapires, pecaríes, y peces a morir”.
Entre las especies de peces más grandes, “hay uno en Bolivia que le dicen moturo, hay muchos en los ríos de montaña, llegan hasta 100 kilos, y es normal verlo entre 30 y 50 kilos”. Y en Bariloche, “lo más grande de la zona son los salmones king. Nacen en el río, van al mar a alimentarse 3 o 4 años y después vuelven a desovar a donde nacieron”.
“Te acercás mucho a la naturaleza. No es solo el hecho de tratar de sacar un pez, sino también conocer mucho su comportamiento. Y apreciás todo lo que lo rodea”. Como guías, “tratamos de proteger los ambientes donde practicamos el deporte, y generar el menor impacto en todo el ambiente. En campos, lugares protegidos, parque nacionales”. Destacó que hay más de 300 guías, entre los que están activos entre 30 y 40, y resaltó la importancia de la actividad en la ciudad. “La gente de la Universidad del Comahue hizo un estudio reciente, y parece que es la segunda o la tercera actividad de Bariloche”.
“No es solo el hecho de ir a buscar un pez, se puede caminar o ir en bici y se puede combinar con muchos deportes”, valoró.
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Fuente:elcordillerano.com.ar